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La Guerra de Castas

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Mensaje  uhura Miér 24 Jun - 3:21

La muy larga y mortifera'Guerra de Castas'

Los mayas estaban hartos de la situación en que vivían y el 30 de julio
de 1847 se levantaron en armas contra la población blanca y mestiza.

Fue en Tepich donde estalló la rebelión de los mayas que había de durar
más de 55 años, aún cuando los problemas de fondo que que lo originaron
continuarían siendo motivo de inquietud hasta 1937.

En 1848 la guerra de castas había cundido por toda la península y
parecía que los indígenas podían exterminar a la población blanca y
mestiza.

Aprovechando la experiencia bélica que habían adquirido en las
continuas guerras civiles del Estado, planearon el movimiento rebelde
Manuel Antonio Ay, cacique de Chicimilá; Cecilio Chi cacique de Tepich,
y Jacinto Pat, cacique de Tihosuco.

Primeramente se dedicaron a hacer proselitismo entre los naturales de
los demás pueblos y, descubierto en sus maniobras, Ay fue aprehendido,
procesado, condenado a muerte y ejecutado en la plaza de Santa Ana de
la ciudad de Valladolid, el 26 de julio de 1847.

En vista de tales acontecimientos, los otros jefes de la rebelión anticiparon su estallido.

Cecilio Chi tomó a Tepich, donde dio muerte a todos los vecinos de raza
blanca, salvándose solamente uno, que fue a Tihosuco a dar cuenta del
hecho.

El gobierno actuó rápidamente contra los indígenas, sin discriminación
alguna: aprehendió y sacrificó a los caciques de Motul, Nolo, Euán,
Yaxkukul, Chicxulub, Acanceh y otros sitios, pero las poblaciones del
Sur y el Este fueron cayendo en poder de los rebeldes, que daban muerte
a los habitantes e incendiaban los caseríos.

El 21 de febrero de 1848, una vez que habían tomado Peto,Valladolid,
Izamal y otros 200 pueblos, los indígenas, al mando de Venancio Pec,
asaltaron a Bacalar, dando muerte a la mayoría de sus habitantes.

Sólo pudieron salvarse quienes en la oscuridad huyeron hacia la
Honduras Británica, instalándose en la población de Corozal y en sus
vecindades, donde aún permanecen un gran núcleo de descendientes de
mexicanos.

Méndez ofreció la soberanía yucateca a cambio de auxilio militar al
gobernador de la isla de Cuba, al Almirante de Jamaica, a los ministros
de España e Inglaterra, pero nadie escuchaba sus súplicas.

El gobierno de Santiago Méndez no pudo controlar la situación y una
comisión en Washington hizo un ofrecimiento formal para que Yucatán
fuera anexado a Estados Unidos.

Al presidente James Knox Polk le agradó la idea y pasa la Yucatan Bill al Congreso estadounidense, pero fue desechada por éste.

El levantamiento era tan fuerte que la población no-indígena de Yucatán podía desaparecer.

Entonces el jefe rebelde, Jacinto Pat, acuartelado en Tzucacab puso condiciones para terminar con la guerra:
Que se le reconociera como Jefe Supremo de todos los indígenas de la Península.
Que los mayas pudiesen hacer sus siembras de maíz en las tierras baldías, sin pago alguno, y
Que fuera abolida toda contribución personal de los indígenas.

Por fin, el 19 de abril de 1848, cuando sólo le quedaban al gobierno
yucateco de la Ciudad de Mérida, algunas poblaciones de la costa y el
Camino Real a Campeche, representantes del Gobernador Miguel Barbachano
y del cacique Jacinto Pat firmaron el Convenio de Tzucacab, según el
cual quedó abolida la contribución personal, reduciendo a 3 reales el
derecho de bautismo y a 10 el de casamiento; autorizados los indios a
rozar (quemar) los montes para sus sementeras, sin pagar arrendamiento;
dispensados los sirvientes de sus deudas y reintegrados todos los
fusiles que se les habían recogido.

Pero los artículos 5 y 6 del convenio reconocían que Barbachano y Pat
serían gobernadores vitalicios, uno de los españoles y mestizos y el
otro de los cacicazgos indígenas.

Cecilio Chi, que jefaturaba a los mayas del Este, o sea las tierras de
Quintana Roo, pugnaba por el exterminio total de los blancos y rechazó
el convenio.

La guerra siguió y los rebeldes quedaron dueños de las cuatro partes de la Península.

El gobierno de la Ciudad de México entregó 100 mil pesos al gobierno
yucateco para ayudar a combatir a los rebeldes y Yucatán se reincorporó
a la nación mexicana el 17 de agosto de 1848.

Entonces el gobierno yucateco logró recuperar parte del territorio
perdido: las ciudades de Izamal, Tunkás, Ticul, Tekax, Sotuta,
Cantamayec y Yaxcabá; así como Tihosuco, Calotmul y Valladolid, con el
auxilio de tropas de la República Mexicana.

La muerte de Marcelo Pat, hijo de Jacinto, obligó a éste a abandonar la
lucha, y luego a su vez fue muerto por un grupo de indígenas
descontentos.

El 24 de enero de 1850 hubo otro intento de negociar la paz: Florentino
Chan y Venancio Pec, en carta que enviaron desde Cruzchén, pidieron que
los indios retuvieran sus armas, que se les dejaran sus tierras y que
al volver a sus pueblos nombraran sus propias autoridades para
gobernarse y hacer justicia.

El gobierno no aceptó estas condiciones y la guerra continuó con violencia.

El 4 de mayo de 1849, fuerzas al mando del Coronel José Dolores Cetina,
del Teniente Coronel Isidro González y del mayor Ángel Remigio Rosado
habían ocupado Bacalar; pero 2 semanas después un contingente maya,
encabezado por Jacinto e Isaac Pat, José María Tzuac y Cosme Damián
Pech, les puso sitio y las hostigó hasta derrotarlas.

La población blanca emigró nuevamente a Corozal.

Cecilio Chi fue también asesinado, aunque por un rival en amores, y
grupos rebeldes se retiraron a los bosques se retiraron a los bosques,
para ir a fundar Chan Santa Cruz en 1851, que habría de ser el último
reducto de los rebeldes; otros se indultaron, de acuerdo con la ley que
había sido expedida desde 1849.

Bacalar permaneció en poder de los mayas hasta el 22 de enero de
1901,en pleno porfiriato, en que fue recuperado por tropas del gobierno
federal al mando del vicealmirante Ángel Ortiz Monasterio, mientras el
General Ignacio A. Bravo ocupaba a su vez Chan Santa Cruz.

En ambos casos los soldados no dispararon un solo tiro, porque los
indígenas huyeron para internarse en las selvas, donde formaron nuevas
aldeas, a menudo cambiadas de lugar, según el viejo estilo maya de la
quema de los bosques para sembrar, hasta que la tierra se agotaba.

Reincorporación definitiva a México

Méndez decidió regresar el gobierno de Yucatán a Miguel Barbachano y éste tomo posesión en abril de 1848.

Lo primero que hizo Barbachano fue informar al gobierno de México, que
residía en la ciudad de Querétaro, de la angustiosa situación de la
guerra de castas y solicitar auxilio económico y militar.

El Presidente mexicano, José Joaquín Herrera, vio con buenos ojos a
Barbachano, y el 14 de julio de 1848 le dio a Yucatán 150,000 pesos (de
los 3 millones que EEUU diera como indemnización a México por la
guerra).
- Y les envió envió armas y municiones a Yucatán.

El Gobierno mexicano dirigió el siguiente mensaje a Barbachano:

"Inútil fuera Sr. Gobernador que después de haber expuesto a V.E. los
deseos de la nación, los sentimientos de los representantes, y la
conducta del Gobierno respecto de Yucatán, yo me extendiera con el
propósito de convencer la intensidad del interés que excita la suerte
de ese Estado y la decisión del Gobierno por salvarlo. Para la actual
administración todas las desgracias pasadas no deben recordarse sino
como una lección severa que a todos nos indica el deber de reparar
tanto infortunio. El Exmo. Sr. Presidente no ve en Yucatán más que una
parte y muy interesante de la Unión; ni en sus ciudadanos más que
hermanos nuestros entregados a la furia implacable de los salvajes..."

En agosto de 1848 la rebelión indígena fue sofocada (aunque esto no
implica el fin de la guerra de castas), y el 17 de agosto del mismo
mes, Barbachano decretó la reincorporación a la confederación de México
y el reestablecimiento de la Constitución de Yucatán de 1825.


http://foros.fox.presidencia.gob.mx/read.php?3,119642

uhura
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